Una performance no es una actuación. No hay
guión, sino concepto. No hay un espacio escénico, sino un espacio de acción. No
hay efectos especiales, lo que se ve es lo que es, si hay un cuchillo su acero
está afilado, la risa el dolor incluso la sangre, en una performance no son
ficciones.
Una performance es un fragmento de vida
intensa que es captado transversalmente por quien participa, haciendo ese
tiempo un tiempo colectivo. Lo que sucede sucede verídicamente.
En una performance es muy posible que el
sentido conceptual cambie drásticamente, pues el trabajo es también cruzado por
un inconsciente colectivo que no maneja ni performer ni publico.
Una performance es energía en movimiento.
“Silente” fue un aperformance donde el
concepto fue trabajar con los silencios perversos, esos que dañan, esos que
vacían de amor y llenan de desamor. El silencio trasmutado en acto cruel, el
silencio no solo de la palabra, sino el silencio del cuerpo, de la mirada.
“Silente” es un eslabón obligado de las
fotografías “amor-desamor” no como tautología, sino como un hecho de desamor y
amor en tiempo real.
El tiempo propuesto fue un tiempo que no
estaba pautado. Podría haber durado cinco minutos, o tres horas.
REGISTROS
VIDEO: VILMA TRUNCELLITO
FOTOGRAFÍAS: RICARDO VALENZUELA (gracias Valen!)
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